Es evidente que el género nació y se desarrolló con la idea implícita de que era posible establecer puentes entre la literatura y la ciencia y de que, imaginando el futuro, podían encontrarse en un punto de convergencia especialmente fascinante.
En Europa, la gran metrópolis de los rascacielos, con calles a distintos niveles y numerosas comunicaciones verticales, es teorizada y exaltada por los futuristas.
En las revistas de los años treinta y cuarenta vemos con frecuencia torres gigantescas plegadas de reminiscencias exóticas, recordándonos también la pasión expresionista por el cristal.
Una arquitectura tal podía ser “verosímil” y encajaba bien con las preocupaciones iniciales del género por la previsibilidad “científica”. La renovación radical , a partir de los años sesenta, ha permitido que la ficción se despliegue libre de ataduras racionalistas. Arquitecturas gigantescas aparecen ahora con un sentido lúdico expreso, pretendiendo maravillar al espectador.
La posibilidad de tales construcciones no se mide ya con referencia a las previsiones de la ciudad actual, sino por su congruencia con los mundos ficticios recreados por la narración.
La Ópera de Sidney ha sido evocada en la anterior imagen, pero junto a su construcción hay ecos de Brasilia, Nueva York y cosas no relacionables con la arquitectura conocida. En otros casos la megaestructura es absolutamente imaginaria, remitiendo a la tradición utópica de la centralidad o mostrando inmensas torres-ciudades con aspecto caprichoso en situaciones trágicas que revelan la naturaleza cibernética de una arquitectura semejante. Estos parecen ser rasgos constantes en las megaestructuras diseñadas por los ilustradores modernos de la ciencia ficción.
El colosalismo combinado con el capricho creador: de ahí la novedad del género literario-artístico frente a los “rigores cientoficos” de la arquitectura prospectiva.
(Ideas extraídas del libro "Construcciones ilusorias. Arquitecturas descritas. Arquitecturas pintadas" Juan Antonio Ramírez)
Con todo el boom de la personalización y del tema ecológico, estos conceptos han llegado hasta un punto de fucionarse y por que no en algo tan "querido" como los anillos y las joyas en general.
ResponderEliminarEl diseñador Islandés Hafsteinn Juliusson ha creado unas joyas que a mi parecer son realmente increibles. Para mi el concepto engloba una cantidad de observaciones dignas de resalatar. Aunque derrepente me equivoque creo que no es malo presentar lo que uno piensa.
Creo que el hecho de que sea de cierta forma ecologico no deja de lado la preocupación por la moda, ya que uno podría elegir que tipo de "verde" o flor poner.