Arquitectura y El Cómic


La Arquitectura pretende situarse en consonancia con este universo fantástico. En el mismo momento en que las premisas del racionalismo arquitectónico están conquistando Estados Unidos, Flash Gordon hace triunfar las formas e ideales del ya caduco expresionismo: cúpulas de cristal, formas ondulantes, comunicaciones a distintos niveles, volúmenes y espacios irregulares… Se trata casi siempre de una arquitectura “no disciplinar”, lírica y emotiva, que actúa como ingrediente esencial de la narración no sólo por su poderosa capacidad evocadora, sino porque gracias a ella los episodios adquieren su peculiar intensidad dramática: luchas sobre una rampa en espiral, peligrosas escaladas por los muros de un palacio, vigilancia desde una torre, ejercicios gimnásticos en una maravillosa piscina Art Déco, etc.

El cuadro elaborado por Maria Teresa Martín Oliver (sobre los reinos de Mongo) ofrece una buena comprobación de cómo la arquitectura es algo esencial en el universo imaginario. El “decorado”, en una historieta de la época clásica, aparece como elemento activo en la marcha del relato.

Abandonando Flash Gordon podemos reencontrar una visión de la ciudad contemporánea en las series “negras”, desde Dick Tracy, The Phantom, Superman o Batman, hasta The Spirit y Rip Kirby. En estas y otras historietas “similares” encontramos los rascacielos y los sótanos, las lúgubres alcantarillas, los muelles y sus almacenes, la vivienda lujosa del boss y las callejuelas sórdidas de la delincuencia y el asesinato.

Como en el cine coetáneo, cada lugar cumple una función preferente en el transcurso del relato, estableciéndose unas asociaciones tácitas entre los espacios arquitectónicos y los momentos típicos del género.

(Ideas extraídas del libro “Edificios y sueños. (Ensayos sobre Arquitectura y Utopía)” Juan Antonio Ramírez

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